Nuestra psicologa infantil del SAT Viladecans nos pasa esta infografíasobre «La depresión infantil y del adolescente»

Nuestra psicologa infantil del SAT Viladecans nos pasa esta infografíasobre «La depresión infantil y del adolescente»

Nuestra Terapeuta Infantil que trata de manera habitual la depresión en la infancia y la adolescencia en el SAT Viladecans, nos pasa esta infografía sobre la depresión en la infancia. Esta información está destinada a personas que quieren saber qué es la depresión y qué hacer al respecto. La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes. Se estima que afecta al 3-5% de los adolescentes en España.

El desconocimiento sobre la depresión en la infancia y adolescencia y la falta de comunicación abierta sobre este tema hace que la gente joven que necesita tratamiento o sus familias no busque ayuda.

Si piensas que tú o alguien que tú conoces tiene depresión, tómalo en serio y busca ayuda.

Este documento te proporciona información y ayuda útil. La guía se centra en la depresión (trastorno depresivo mayor) en niños y adolescentes y comprende la depresión leve, moderada y grave.

Psicología infantil: Cómo acompañar a los niños que tienen miedo a los petardos. Te lo explicamos en el SAT Viladecans.

Psicología infantil: Cómo acompañar a los niños que tienen miedo a los petardos. Te lo explicamos en el SAT Viladecans.

Nuestro equipo de psicología infantil en viladecans recomienda este artículo sobre miedos en la infancia.  Se acerca el inicio del verano y con ello las verbenas, celebraciones llenas de música, hogueras, en las que no faltan los petardos o fuegos artificiales.

Sin embargo, el miedo a los petardos es un hecho que puede darse en los más pequeños de la familia. El miedo a los petardos es frecuente en los niños pequeños.

Este tipo de miedos en la infancia son habituales, universales, adaptativos y forman parte del proceso de aprendizaje.

Alrededor del 40 % de los niños entre seis y doce años muestran miedos o preocupaciones.

El miedo es una de las emociones más frecuentes en los niños y una de las primeras en manifestarse. Pero, ¿sabemos cómo ayudar a los pequeños a superar sus temores?

¿Qué es el miedo?

El miedo es una emoción habitual durante la infancia, que aparece cuando el niño siente peligro, debido a una amenaza real o no. Es un comportamiento normal y necesario para el desarrollo evolutivo, y en la mayoría de los casos, disminuye de forma natural a medida que crecemos.

Como cualquier emoción, el miedo se manifiesta en tres niveles: la conducta (evitando una situación, mostrando inquietud o hipervigilancia, etc.), los sentimientos y pensamientos subjetivos (esperar siempre lo peor, preocuparse por no poder afrontar una situación, etc.), y la reacción fisiológica (sudor, mareo, tensión muscular, dolor de estómago, dolor de cabeza, etc.).

¿Cómo puedes ayudar a los niños a identificar el miedo?

  • Hay que dejar el espacio necesario para que el niño exprese sus preocupaciones y miedos. Cuando el miedo se manifieste, es importante que habléis sobre ello: escucha al niño con atención y transmítele confianza, tranquilidad, afecto y seguridad. No le recrimines que tenga miedo ni le avergüences porque lo exprese. Hay que entender que, para él, el miedo es real.
  • Explícale que, a veces, tú también tienes miedo. Compartir esta experiencia con el niño le ayudará a entender que es una emoción que todo el mundo siente en ciertas situaciones de la vida.
  • Puedes dibujar un termómetro (graduado del 1 al 10) que mida «grados de miedo». Pon ejemplos de situaciones que provoquen miedo en el niño y marca en el termómetro los «grados de miedo» correspondientes a cada caso.
  • Es muy útil hacer una lista de situaciones y seres que den miedo al pequeño. Luego, es interesante separar las situaciones reales (oscuridad, truenos, perros, separación de los padres, gritos, muerte, etc.) de las irreales (monstruos, brujas, fantasmas, vampiros, etc.).
  • Una actividad muy provechosa es buscar fotografías o hacer dibujos de las situaciones y seres que den miedo al niño y ponerlos en una caja o en una bolsa. De vez en cuando, revisad conjuntamente los miedos de la caja y, si es el caso, romped los que se vayan superando.

¿Cómo puedes ayudar a los niños a controlar y superar el miedo?

  • Procura que sea el niño quien se enfrente a la situación que le provoca miedo y evita sobreprotegerle. Si no es capaz de hacer frente a estas situaciones de miedo él solo, acompáñalo para que vea que no pasa nada. Puede ser interesante recompensarle cada vez que se acerque a una situación que le dé miedo, aplaudiendo su esfuerzo, decisión y los progresos que haya hecho.
  • En momentos concretos, para ayudar al niño a tranquilizarse ante situaciones que le provoquen miedo, puedes proponerle una pausa, animándole a hacer respiraciones lentas y profundas, antes de continuar afrontando la situación que le inquieta.
  • Proponle actividades que lo distraigan. Si un niño tiene miedo a la oscuridad, puedes inventar juegos que se puedan hacer con poca luz o contar historias divertidas a oscuras para que se relaje. Si tiene miedo de ir al médico, puedes llevar papel y lápices de colores o algún juego para entretenerlo durante el tiempo de espera.
  • A la hora de ir a dormir, puedes elegir un muñeco o muñeca y nombrarlo «guarda de los miedos». Habla al muñeco, explícale cómo se siente el niño y encárgale que le proteja de los miedos durante la noche. Al día siguiente, pregunta al niño cómo se ha sentido y si cree que el guarda ha hecho bien su trabajo. Si el niño ha pasado miedo, no se le debe culpabilizar, sino que hay que hacer responsable al guarda, por no haber cumplido bien su función.
Psicólogo adolescentes: Adolescentes malhumorados ¿Cómo convivir y acompañarlos?

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El equipo de psicología adolescentes del SAT Viladecans comparte esta guía con nosotros. Nuestra especialista en terapia de la adolescencia recomienda esta breve guía para familias. Si tienes dudas consulta con nuestra especialista en psicoterapia del/la adolescente en Viladecans. La adolescencia es una etapa complicada porque en ella se producen cambios físicoshormonales y emocionales. A veces, los padres están confundidos con las nuevas conductas de sus hijos: “¿Por qué de repente hace esto cuando nunca lo ha hecho?; ¿Por qué ha dejado de ser cariñoso?; ¡Su carácter ha cambiado!” . El adolescente ni siquiera tiene consciencia de que está sucediendo algo y, por ello, tampoco puede aportar las explicaciones requeridas por su nuevo comportamiento. Y, ¿quiere todo esto decir que su carácter o personalidad se están alterando?

Psicologia infantil y adolescentes en Viladecans: TDA-H y Autismo TEA. Nuestro director escribe un artículo para «NEURONUP»

Psicologia infantil y adolescentes en Viladecans: TDA-H y Autismo TEA. Nuestro director escribe un artículo para «NEURONUP»

Julio 3, 2023 by Samuel Rodríguez Muñoz

El TDA-H y el TEA son dos trastornos diferentes, pero que a la vez y con frecuencia pueden presentarse juntos en algunos casos (comorbilidad). En este artículo, el especialista en rehabilitación cognitiva y psicopedagogo Samuel Rodríguez nos cuenta las diferencias entre TDA-H y TEA, cómo se relacionan estos trastornos, sus síntomas y cómo se pueden tratar.

¿Qué entendemos por TDA-H y TEA?

Tanto el TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad) como el TEA (Trastorno de Espectro del autismo) son conceptualizados por el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) como trastornos del neurodesarrollo.

En el caso del TDA-H nos encontramos con un trastorno del comportamiento que se caracteriza por una actividad excesiva, impulsividad y dificultad para concentrarse.

Por otro lado, el TEA es un trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación, a la interacción social y al comportamiento.

Aunque son trastornos diferentes, pueden presentarse juntos en algunos casos (comorbilidad) y afectar el desarrollo y la calidad de vida de las personas que los padecen. SIGUE LEYENDO

El TDA-H y el TEA son dos trastornos diferentes, pero que a la vez y con frecuencia pueden presentarse juntos en algunos casos (comorbilidad). En este artículo, el especialista en rehabilitación cognitiva y psicopedagogo Samuel Rodríguez nos cuenta las diferencias entre TDA-H y TEA, cómo se relacionan estos trastornos, sus síntomas y cómo se pueden tratar.

¿Qué entendemos por TDA-H y TEA?

Tanto el TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad) como el TEA (Trastorno de Espectro del autismo) son conceptualizados por el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) como trastornos del neurodesarrollo.

En el caso del TDA-H nos encontramos con un trastorno del comportamiento que se caracteriza por una actividad excesiva, impulsividad y dificultad para concentrarse.

Por otro lado, el TEA es un trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación, a la interacción social y al comportamiento.

Aunque son trastornos diferentes, pueden presentarse juntos en algunos casos (comorbilidad) y afectar el desarrollo y la calidad de vida de las personas que los padecen.

¿Cómo se diagnostican estos trastornos?

Tanto el TDA-H como el TEA son trastornos que se diagnostican a través de la observación de los síntomas y el comportamiento de la persona.

En el caso del TDA-H, se utilizan cuestionarios y pruebas neuropsicológicas para evaluar la actividad, la impulsividad y la capacidad de atención.

En el caso del TEA, se utilizan pruebas específicas para evaluar la comunicación, la interacción social y el comportamiento repetitivo.

Es importante que el diagnóstico sea realizado por un profesional de la salud capacitado en el tema porque siempre deberá valorar los límites (diagnóstico diferencial) entre estos trastornos o bien la coexistencia entre ellos (diagnóstico comórbido).

Las altas tasas de convivencia entre ambos trastornos nos llevan a pensar que si limitamos el diagnóstico solo al TDA-H, por ejemplo, existirán altas probabilidades de que pasemos por alto otros problemas, en ocasiones tan o incluso más importantes que el propio TDAH.

Por otro lado, si solo prestamos atención al trastorno psiquiátrico más grave (por ejemplo, el TEA) y entendemos la sintomatología TDA-H como algo más que ilustra al trastorno, nuevamente podemos incurrir en un error diagnóstico o una mala orientación del tratamiento y/o la información que se da a familias, maestros…

¿Por dónde empezar a trabajar?

El diagnóstico entre TEA y TDA-H se antoja complicado, pero servirá para establecer un punto de partida, una manera de aproximarse a lo que sucede y ver por dónde empezar a trabajar.

Por un lado, podríamos pensarlo del siguiente modo:

En los casos fronterizos entre TDAH y TEA (en los que se presentan serias dificultades para orientar la intervención y la información que se da a familias), en tanto no cumpla los criterios completos del trastorno más grave (en este caso el TEA) será preferible quedarse con el diagnóstico de TDAH (poniendo en evidencia los síntomas ‘autísticos’) y tener muy presente en la intervención neuropsicopedagógica todos los aspectos relacionados con las habilidades sociales.

Por otro lado, también podríamos abordar la cuestión desde la existencia de ambas condiciones diagnósticas en un mismo sujeto (comorbilidad). Esto podría permitir racionalizar el tratamiento, por ejemplo a nivel médico, recomendando metilfenidato a un niño/a con el diagnóstico de autismo, si presentara las manifestaciones típicas del TDAH.

¿Cuáles son los síntomas comunes entre TDA-H y TEA?

Como hemos dicho con anterioridad (aunque hay algunas similitudes entre los síntomas del TDA-H y el TEA), si existen diferencias entre TDA-H y TEA. Ambos requieren un enfoque de tratamiento específico por separado de aquello más nuclear.

Si bien en el TDA-H los elementos diana estarían alrededor de la autorregulación conductual, el mantenimiento y enfoque atencional, en el caso de la población TEA, la cuestión de la comunicación y relación será preliminar.

En algunos casos comórbidos TEA/TDAH también se puede observar afectación del lenguaje pragmático y flexibilidad cognitiva, siendo entonces apropiado en ambos casos un tratamiento centrado en la mejora del funcionamiento ejecutivo.

Si reflexionamos sobre las distintas funciones neuropsicológicas y la especial involucración del sistema ejecutivo en las estructuras cognitivas del TDAH, se evidencia la proximidad y solapamiento que pueden existir con otros trastornos del neurodesarrollo (esto hace difícil su detección).

Si contemplamos de forma global las diversas funciones atribuidas al lóbulo frontal, observaremos interpretaciones para diversos síntomas, no solo del TDAH, sino del TEA y de otros trastornos del desarrollo también vinculados a estas regiones.

Esto nos lleva sin duda a la complejidad diagnóstica y a la presencia de la comorbilidad.

El TDAH se determina por la conjunción interdependiente de diversas disfunciones ejecutivas, cuyo resultado explica los síntomas del trastorno.

No obstante, diremos que esas funciones no son en modo alguno exclusivas para el TDAH, ya que también pueden estar presentes en el TEA y en otros trastornos del neurodesarrollo.

¿Cómo se tratan estos trastornos?

El tratamiento para el TDA-H y el TEA varía según las necesidades individuales de cada persona. En el caso del TDA-H, los medicamentos estimulantes y la terapia conductual pueden ser efectivos.

Para el autismo, la terapia conductual y ocupacional, así como los medicamentos para tratar síntomas específicos, también pueden ser útiles.

Si bien el TDAH puede presentar problemas en áreas de inhibición y memoria de trabajo, los/as niños/as con TEA pueden a su vez mostrar mayor rigidez cognitiva y dificultades de planificación, siendo el punto en el que es posible y recomendado el trabajo de función ejecutiva.

Lezak define las funciones ejecutivas como las capacidades cognitivas esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y aceptada socialmente.

Las investigaciones de los últimos años (no solo en el TEA, sino también en otras alteraciones como el TDA-H) se han dirigido fundamentalmente a evaluar aquellas capacidades que supuestamente integran el funcionamiento ejecutivo. Entre ellas destacan las siguientes: Planificación, Flexibilidad, Memoria de trabajo, Monitorización, Inhibición.

¿Intervención Neuropsicopedagógica del funcionamiento ejecutivo en el TEA y TDA-H?

Definimos la intervención Neuropsicopedagógica como el ejercicio/trabajo interdisciplinario con el procesamiento de la información y la modularidad de la mente en términos de: Neurociencia cognitiva, Psicología, Pedagogía y Educación. La lleva a cabo el profesional de formación multi-interdisciplinaria y con fines reeducativos y/o educacionales.

Las funciones ejecutivas las median el lóbulo frontal, cualquier anomalía/circunstancia en el neurodesarrollo que pueda cursar con frontalidad (como por ejemplo en el TDA/H o el TEA) y que implique a esta área, vendrá asociado seguramente a una disfunción ejecutiva.

De este modo vemos como la disfunción ejecutiva puede aparecer tanto en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) como en el trastorno del espectro del autismo (TEA), entre otros. TDA-H y TEA (siempre atendiendo a las necesidades y casuísticas individuales) se pueden beneficiar del trabajo de intervención neuropsicopedagógica centrada en el desarrollo de competencia de función ejecutiva.

Las personas con TEA pueden presentar frontalidad dando una clínica que cursa con un tipo de funcionamiento conductual atravesado por la inflexibilidad, la dificultad en la toma de decisiones, las dificultades para la planificación y organización, la dificultad para inhibir respuestas erróneas y la limitada capacidad para solucionar conflictos.

En ese escenario, el tratamiento ejecutivo será sin duda una necesidad. De igual modo, la casuística disejecutiva en el TDA-H, referida en términos de planificación, memoria de trabajo, control de impulsos, inhibición, iniciación y el seguimiento de las tareas o acciones, también se antojan elementos ejecutivos nucleares en la intervención con la persona con TDA-H.

Conclusión

Hemos revisado similitudes y diferencias entre el TDA-H y el TEA, diagnóstico, comorbilidad, constelación sintomática, neuroanatomía conductual, funcionamiento ejecutivo… y finalmente podemos concluir que las personas con TEA/TDA-H (siempre según sus condiciones/necesidades individuales) se pueden beneficiar de un tratamiento neuropsicopedagógico centrado en la mejoría de las funciones ejecutivas.

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