Tratamiento psicológico para adolescentes con dependencia emocional en las relaciones de pareja
Entrevista a la psicóloga Lidia Fuentes sobre dependencia emocional en la adolescencia
La psicóloga Lidia Fuentes es licenciada por la Universidad de Barcelona, con un Máster en Psicología Clínica y de la Salud en la especialidad de Neuropsicología.
A lo largo de su carrera, he acumulado una amplia experiencia en diversos ámbitos, trabajando como psicóloga en Serveis d’Atenció Terapèutica (Viladecans), como neuropsicóloga en hospitales, centros de día y residencias, y también en diferentes consultas privadas y hospitales. Hoy nos hablará sobre el Tratamiento psicológico para la dependencia emocional en adolescentes enfocado en las relaciones de pareja.
¿Qué es la dependencia emocional en las relaciones de pareja y cómo afecta a los adolescentes?
La dependencia emocional en la pareja son un conjunto de patrones de pensamientos, emociones y conductas derivados del miedo a la pérdida de la misma, los cuales se muestran de manera constante. Estos patrones, a su vez, limitan el propio bienestar psicológico y/o físico. El miedo del que derivan los mismos patrones se siente con una intensidad tal que el individuo que lo siente cree estar obligado a seguir manteniendo esos bucles cognitivos y comportamentales para evitar temporalmente el malestar, creyendo que todo ello servirá para mantener cerca a la pareja y reforzando ello la ilusión de que esa es la solución única al malestar psicológico que siente.
Los adolescentes pueden ser fácilmente víctimas en una relación dependiente.
Por su parte, los adolescentes pueden ser fácilmente víctimas en una relación dependiente. En la misma etapa de la adolescencia se busca la propia identidad, diferenciada ya de la familia de origen, y esto es parte del proceso natural hacia la adultez. Entre otros motivos, esta búsqueda y aprendizaje hace que, en el camino hacia hallar las respuestas, el adolescente vaya aprendiendo con la práctica a relacionarse con amigos y a tener también relaciones de pareja.
Cuando empezamos a enfrentarnos al mundo sin la ayuda de los adultos
Esto nos ayuda a conocernos mejor y a aprender más de las experiencias, sin embargo también implica equivocarse. Tomar decisiones de forma autónoma lleva a que algunas veces acertemos, otras no. Y hasta que nos damos cuenta de que nos hemos equivocado, no es tarea fácil: necesitamos más experiencias, tiempo, quizá también información adicional, consejos, asesoramiento, y habilidades cognitivas efectivas que nos permitan ser conscientes de los detalles de lo que nos rodea y tenerlos en cuenta.
En en ámbito de las relaciones de pareja, los adolescentes, pues, van a comenzar a vivir relaciones de amor saludable, o bien de dependencia y toxicidad. En base a ello, conocerán y aprenderán cómo es el mundo, en lo que respecta a las mismas.
Una vez esto esté sucediendo o haya sucedido, las secuelas de las relaciones que sean o hayan sido dependientes y/o toxicas, es muy probable que marquen al adolescente en su futuro próximo y también lejano.
De manera incluso que sus próximas relaciones puedan ser similares a estas experiencias iniciales, habiendo llegado a normalizar las mismas. También, podrá afectar más en el autoestima del adolescente que en la del adulto, lo vivido en esas relaciones iniciales. Esto es así porque, al ser las primeras experiencias, éstas tienen más relevancia e intensidad emocional para el individuo, y si en esas experiencias se viven sobretodo emociones negativas, como sucede en las relaciones dependientes, esto nos hará probablemente devaluarnos, con ideas como: ”yo no valgo suficiente”, “no merezco que me valoren como a los otros”, “si quiero que me quieran he de ir yo siempre en su búsqueda”.
Todas estás posibles afectaciones, cognitivas, emocionales y conductuales en el adolescente que haya vivido una relación dependiente, sobretodo si se trataba de una relación duradera (más de 6 meses), intensa o con gran carga emocional, pueden y habitualmente repercuten directa o indirectamente en otras áreas de la vida del adolescente: en los estudios, en el trabajo, en las actividades de ocio, en la red social, en la relación con su familia, etc.
¿Cuáles son los signos que pueden indicar que un adolescente está experimentando dependencia emocional en su relación?
Para poder saber si un adolescente está inmerso en un vínculo de pareja de tipo dependiente, podemos fijarnos en si presenta varios o la mayoría de los siguientes síntomas:
- Aislamiento social y familiar cada vez mayor, fuera de la pareja en cuestión. – Afectación emocional: síntomas similares o iguales a los que se dan en la depresión como pueden ser desilusión, inseguridad, apatía, decaimiento, inhibición mental o motora, ideación pesimista recurrente, etc. Síntomas similares o iguales a los que se dan en la ansiedad como pueden ser miedos, obsesiones, nerviosismo y agitación, insomnio, etc.
- Somatizaciones como: dolores de cabeza, dolor de espalda, taquicardias, opresión en el pecho, mareos, problemas digestivos.
- Poca conversación y confianza para abrirse con respecto a los asuntos de su pareja con otras personas.
- Dificultades para continuar con las responsabilidades, como los estudios y/o trabajo, de igual forma a como anteriormente se hacía.
- Idealización de la pareja y devaluación de la propia valía.
- Celos en pareja difíciles de controlar.
- Creencias erróneas sobre las relaciones de pareja que normalizan en ellas el sufrimiento, el esfuerzo y/o el dolor.
Todos estos síntomas, algunos más visibles otros menos (necesitarán ser descubiertos por parte del adulto o tutor), están también presentes en las relaciones de pareja dependientes que pueden tener las personas que ya han superado la etapa de la adolescencia. Sin embargo, la expresión y repercusión de todos ellos en los adolescentes suele ser de mayor intensidad que en los adultos.
¿Cuáles son las causas de la dependencia emocional en los adolescentes?
Realmente cada individuo tiene sus motivos personales y únicos que le llevan a entrar y mantenerse en una relación dependiente y no saludable, pero es cierto que vemos que, en la gran mayoría de casos, influyen mucho el tipo de apego y las vivencias que se hayan tenido en la infancia y familia de origen.
También, en otros casos, existe una alta probabilidad de que el niño/niña o el adolescente haya vivido lo que se denomina una experiencia traumática y esta, junto a una genética y junto a estilos de afrontamiento concretos, le haya generado un trastorno de estrés postraumático o estados postraumáticos similares al anterior trastorno que le facilite acabar cayendo en relaciones dependientes y no saludables de pareja de forma reiterada. La raíz de éstos orígenes estaría en una baja autoestima, y en la sensación de que el mundo no es un lugar seguro y/o estable, lo que repercute claramente en el pensamiento de que se necesita de otra persona que nos ayude y este siempre a nuestro lado, protegiéndonos, cuidándonos, y dándonos la felicidad que por uno mismo/misma no se puede obtener.
¿Qué enfoques de tratamiento psicológico para la dependencia emocional se pueden utilizar para abordarlo en los adolescentes?
Para este tipo de pensamientos, emociones y vivencias en parejas con vínculos no saludables, se puede hacer un trabajo terapéutico y psicológico de pareja, sin embargo no sería el primer paso a realizar. Lo adecuado sería iniciar terapia psicológica individualizada con el adolescente dependiente, en la que se refuerce el autoestima principalmente.
A través de técnicas como el role-playing, de ejercicios y análisis de tipo cognitivo -conductual, trabajaríamos también ideas sobre el amor romántico y los vínculos de pareja, y también sobre el autoconcepto. El adolescente aprendería, a su vez, nuevas habilidades sociales y podría comenzar a ponerlas en práctica, para reforzar nuevas formas de pensar y sentir. Por último, también se aprendería, con este tipo de terapias psicológicas, a poner limites asertivos con los demás y con nuestras parejas.
Por último, podrían aplicarse también técnicas adicionales en la terapia psicológica para casos de gravedad emocional derivados de experiencias traumáticas, como sería el EMDR.
Tras el trabajo individual, se podrían plantear sesiones de terapia de pareja, sin embargo habría que ver si el otro miembro de la pareja está predispuesto a cambiar actitudes en la mejora de la relación.
¿Se diferencia este tratamiento en comparación con el de adultos?
El tratamiento aplicado a los adolescentes con vínculos de pareja no saludables y dependientes, sería muy similar al que podríamos aplicar en adultos con la misma problemática. Sí podría diferenciarse, por ejemplo, en cuanto a qué capacidades cognitivas y emocionales posee el adolescente, en función de su edad cronológica, de su edad mental, de si tiene algún tipo de neurodivergencia, etc. Estos aspectos influyen en el nivel de entendimiento del adolescente y en qué técnicas psicológicas vamos a aplicar en base a ello. Con respecto a la edad cronológica, a mayor edad del adolescente (diferenciamos claramente un adolescente de 11 años a uno de 14 y a uno de 16 o 18 años), se podrán aplicar técnicas de mayor razonamiento mental y de mayor conciencia (cada vez más parecido a lo que haríamos con un adulto), al mismo tiempo que también podremos trabajar mejor las emociones asociadas. Si la edad cronológica y/o mental del adolescente es inferior, se aplicarán otras técnicas que igualmente ayudarán al adolescente a sentir y pensar de manera más saludable para si mismo.
¿Qué consejos se les puede dar a los padres de un adolescente con dependencia emocional? Además de buscar tratamiento psicológico para la dependencia emocional
A continuación, expongo una serie de consejos útiles para los padres que detecten que sus hijos adolescentes puedan estar viviendo una relación de pareja dependiente:
- Dale espacio, si no se abre a expresar sus sentimientos.
- Ofrécele apoyo emocional y cariño cuando lo necesite.
- Favorece un clima de naturalidad, mostrando tus opiniones, sentimientos y vivencias pasadas con respecto al amor y con respecto a las relaciones de pareja. – Sé ejemplo de humildad, aceptando y mostrando que todos podemos “equivocarnos” en nuestras decisiones.
- Si tu hijo permite un mayor acercamiento, intenta explicarle cómo es el amor saludable: un amor que no presiona, no obliga, no limita, no coarta, que no es desigual y que no asusta; un amor que aporta, pero no nos completa, pues ya somos completos. Puedes mostrar ejemplos, a través de películas, libros etc, de lo que es el amor saludable.
- Refuerza su autoestima, con opiniones constructivas sobre lo que tu hijo es (no sólo lo que puede ser) y sobre lo que aporta al mundo.
- No juzgues ni hagas comentarios que invaliden las emociones de tu hijo adolescente, ni los motivos de sus decisiones.
- No le obligues a cambiar de sentimientos, acepta y trabaja desde el respeto. – No invadas su privacidad, acepta su crecimiento y motiva su independencia. – No te culpes por las decisiones de tu hijo, tu papel es mostrar el mundo pero él acabará tomando su propio camino.
- No utilices tus emociones y expresiones para hacer “chantaje emocional” a tu hijo: no consigues que mejore, solo actuará a tu manera para que dejes de expresar esas emociones, no porque crea realmente que esa es la mejor forma de actuar.
Si, tras poner en práctica estos consejos, pasan unos meses y continúas notando síntomas de dependencia emocional y sufrimiento psicológico en tu hijo adolescente, pide ayuda profesional.
¿Qué estrategias se pueden enseñar a los adolescentes para fomentar relaciones de pareja saludables y equilibradas?
Es muy importante trabajar la idea de lo que es el amor saludable, desde la edad más temprana posible del adolescente. Esto les protege, pues cuando inicien una relación de pareja rápidamente podrán identificar patrones tóxicos y dependientes en la misma, si se dan. También, es importante fomentar la independencia y el autoconocimiento, porque así es más fácil que los mismos adolescentes decidan buscar ayuda si se sienten mal emocionalmente, lo que refuerza a su vez que sean partícipes y directores de sus propias vidas. En tercer lugar, también sería interesante motivar la expresión de sentimientos a través de diarios, de foros de ayuda online o incluso de grupos presenciales para adolescentes. En los grupos con iguales se sienten más comprendidos y suele ser una buena ayuda para tomar mayor conciencia del problema. En último lugar, sería adecuado fomentar la iniciativa propia del adolescente también en las relaciones de pareja, dejando de lado los estereotipos.
¿Cuál es la importancia de la educación y la prevención en el abordaje de la dependencia emocional en adolescentes y la busqueda de tratamiento psicológico para la dependencia emocional?
Tal como ha quedado reflejado en las anteriores preguntas, es de una elevada importancia poder educar a los adolescentes a priori (antes de encontrar la existencia de una relación dependiente en ellos), respecto de lo que es el amor no dependiente y sano, respecto de la auto valía, y respecto de todos los temas expuestos anteriormente en esta entrevista que tienen relación con la creación y/o el mantenimiento de estas relaciones. Así, si el adolescente crece sabiendo y creyendo (no sólo porque se lo dicen sino porque le encuentra el sentido) que el amor no es sufrimiento sino libertad, respeto, reciprocidad, valoración mutua etc, esto le ayudará mucho a poder poner limites donde vea y sienta que “ahí no es donde quiero estar”. También, la prevención incluye claramente el trabajo del autoestima, tanto en la familia, como en el instituto y/o en otros entornos del día a día del adolescente. Una buena autoestima ayudará al mismo a salir más rápidamente de una relación donde esté sufriendo, y a poder mantenerse fuera de esas relaciones sin culpa ni síntomas de abstinencia que le hagan volver a las mismas. Por último, decir también que es posible que el adolescente haya tenido una vida adecuada, en cuanto a apego, cariño, respeto, información y apoyo de familia y escuela y termine viviendo una relación de dependencia en pareja, por ello siempre es aconsejable cuando los síntomas aparecen buscar tratamiento psicológico para la dependencia emocional.
No debemos desanimarnos, pues en toda regla hay excepciones y existe una gran variabilidad humana, existe el azar y el libre albedrío. Sin embargo, debemos mantener la paciencia para continuar con el apoyo y la ayuda al adolescente, pues esto puede fomentar que se revierta en algún momento el proceso vital del mismo, sobretodo si toma mayor conciencia de lo que le sucede. De todas formas, una vez el adolescente consiga salir finalmente de la relación dependiente, habrá que dedicar un tiempo a trabajar todo lo expuesto en anteriores preguntas, para prevenir la recaída o incluso prevenir que vuelva a caer en otra relación de este tipo.
Lidia Fuentes Alonso
Psicóloga
Grado en Psicología (UB).
Experiencia Laboral
- Psicóloga en Serveis d’Atenció Terapèutica (Viladecans).
- Neuropsicóloga en hospitales, centros de día y residencias.
- Psicóloga en diferentes consultas privadas y hospitales.